Que No Cabía En Ella El Tiempo
Tuvimos tanta fantasía
que no cabía en ella el tiempo,
que teníamos que construir para ella
una historia en que fuéramos el actor principal,
y un sitio en el que fuéramos el centro de la gloria
para poderlo haber perdido todo en el exilio.
Era tanta nuestra soledad,
que no nos conformamos con destruir un mundo
al que nunca pudimos hacer del todo nuestro.
Era tanta la falta que nos hacía un nombre,
que inventamos tener un alma eterna
dueña de una heredad inexistente.
Tanta era nuestra ausencia
que nunca vimos más que nuestra sombra,
y nunca poseímos mucho más
que nuestro propio fraude
y con él, la nostalgia de ser desposeídos.
Fue tanta nuestra culpa, que porfiamos
en darle un rostro y una biografía,
la voz de un adversario en nuestro oído,
y un cuento del que hicimos religión
para explicar nuestra ardua intrascendencia.
Era tanta nuestra fantasía
que no cabía en ella el tiempo,
y dimos tantos nombres a Dios
que al final olvidamos a quién nos dirigíamos
y culpamos de ser polvo a un pobre Diablo
a quien no le importaron jamás nuestras nonadas.
Tan breve era nuestra vida
que la melancolía de no ser más que un soplo
fue siempre nuestro sino.
Era nuestra ventura tan breve,
que tuvimos por cierta una promesa
que nunca nos hicieron.
c). En Realidad Nunca Hubo Paraíso
La vida es cada suceso que no fue,
cada cosa que no fue
y que no será,
y al fin todo es siempre lo mismo.
Nada cambia de todo cuanto cambia
con frenesí de sueño roto en busca de un destino.
¿Cuánto he perdido que se llama todo?
En realidad nunca hubo Paraíso.
MI alma es el ceño rígido de todo cuanto, amado,
fue alguna vez eterno
y que el silencio de mi pluma
un día, sombra a sombra,
terminó convirtiendo en pasto del olvido.
Mis palabras son siempre mis últimas palabras,
eternidad efímera de aquello que nunca será escrito.
¿Cuánto he perdido que se llama todo?
En realidad nunca hubo Paraíso.
El Adversario sueña que ha sido desterrado
y de sus sueños surge la historia
y es la historia
una guerra en que, al cabo, dará igual
si nosotros, soñados impotentes, ganamos o perdimos.
Al despertar, el Adversario seguirá siendo un ángel
y el destierro y nosotros y la historia no habremos existido.
¿Cuánto he perdido que se llama todo?
En realidad nunca hubo Paraíso.
a). Cuanto Algo Inexistente Jamás Se Perdería
En realidad, jamás nadie calló lo que sabía
y nadie fue capaz de hacer valer un pacto
que resultó al final tan sólo una ironía,
el antiguo vestigio de una ficción de gloria,
un acto literario de ingenua fantasía.
En verdad, la esperanza duró tan tercamente
como ni Dios acaso pensó que duraría:
nadie entendió la broma de cuantos la escucharon
por boca de los viejos, como una profecía.
Nadie cuestionó el dicho buscando la evidencia.
No faltó quien, incluso, fingiera que entendía
las pruebas que nunca hubo del nebuloso engaño
ni, en torno, una prolija y tenaz mitología.
Aun Satán fue engañado. Fue vana la contienda
de sacrificio y magia, de dogma y herejía
y, tras el culto inútil, fue inútil la blasfemia
cuanto algo inexistente jamás se perdería.
Nada fue cierto, nada quedó tras de la espera:
ni la obediencia absurda ni la ardua rebeldía
tuvieron razón nunca. La guerra fue de todos
menos de Dios, que acaso
mirando
sonreía.
CRISTIÁN EL GATO
- UNA TOTAL MARAVILLA!!!!*No faltó quien, incluso, fingiera que entendía
las pruebas que nunca hubo del nebuloso engaño
ni, en torno, una prolija y tenaz mitología.*yo escuche a alguien de ahi arriba destornillanonse de risa de tanto tonto y enfermo mental, haciendo canalladas que otros querian hacer pero no hacian de x aqui debajo jajajajaja...y aseguro, que era una carcajada mortal, no es muy bueno el de ahi arriba..por lo menos el que yo escuche jajajaja...a pesar y el pesar de tanta penapicamiel