Quién pertenece al viaje y no es camino
camina aún sin ser viajero
su saco vacío se abriga en lluvia
y cántaro roto riega por jazmines.
También por gramilla -trampolín que pisan-
todos los andantes en pos de sus lunas.
Quién juega a que juega cuelga de la percha
el saco lleno de acasos vanos.
No siempre es de lluvia
a veces es tormenta
que distrae en rayos
y olvida jardines.
El horizonte detiene su inalcanzable-siempre
contagia al reloj detenerse y verlos:
perdidos caminos
caminante inquieto
la palabra quizá
la flor que nace.
Solo es un fugaz remanso esa posta
ya serán los ojos buscando su oferta,
no serán los mismos
pero eso, qué importa
siempre habrá caminos
viajes y viajeros
aunque hacia la luna
vayan caminantes,
verdes asombrados
a todo misterio.
Ergasto©
9-2008
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