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En un mundo de ruidos,
Una poesia o una nota aparecida,
desde nuestro interior o desde los otros,
que corra como el rio,
refrescando o
haciendonos repensar..
desde el simple te veo,
se que estas ahi!!!
porque?
porque yo te vi!!!
PicaMieL©

viernes, 3 de abril de 2009

Mi Rayuela...


un pedacito de La Maga para la lluvia que quiere acercarse con Cortazar, es mas lindo. picamiel

Cuandola Maga preguntaba por cuestiones como la filosofía Zen (eran cosas que podían ocurrir en el club, donde se hablaba siempre de nostalgias, de sapiencias tan lejanas como para que se las creyera fundamentales, de anversos de medallas, del otro lado de la luna siempre), Gregorovius se esforzaba por explicarle los rudimentos de la metafísica mientras Oliveira sorbía su pernod y los miraba gozándolos. Era insensato querer explicarle algo a la Maga. Fauconnier tenia razón, para gentes como ella el misterio empezaba precisamente con la explicación. La Maga oía hablar de inmanencia y trascendencia y abría unos ojos preciosos que le cortaban la metafísica a Gregorovius. Al final llegaba a convencerse de que había comprendido el Zen, y suspiraba fatigada. Solamente Oliveira se daba cuenta de que la Maga se asomaba a cada rato a esas grandes terrazas sin tiempo que todos ellos buscaban dialécticamente.

-No aprendas datos idiotas -le aconsejaba-. Por qué te vas a poner anteojos si no los necesitás.

La Maga desconfiaba un poco. Admiraba terriblemente a Oliveira y a Etienne, capaces de discutir tres horas sin parar. En torno a Etienne y Oliveira había como un círculo de tiza, ella quería entrar en el círculo, comprender por qué el principio de indeterminación era tan importante en la literatura, por qué Morelli, del que tanto hablaban, al que tanto admiraban, pretendía hacer de su libro una bola de cristal donde el micro y el macrocosmos se unieran en una visión aniquilante.

-Imposible explicarte -decía Etienne-. Esto es el Meccano número siete y vos apenas estás en el dos.

La Maga se quedaba triste, juntaba una hojita al borde de la vereda y hablaba con ella un rato, se la paseaba por la palma de la mano, la acostaba de espaldas o boca abajo, la peinaba, terminaba por quitarle la pulpa y dejar al descubierto las nervaduras, un delicado fantasma verde se iba dibujando contra su piel. Etienne se la arrebataba con un movimiento brusco y la ponía contra la luz. Por cosas así la admiraban, un poco avergonzados de haber sido tan brutos con ella, y la Maga aprovechaba para pedir otro medio litro y si era posible algunas papas fritas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lindo recuerdo Miel, perdi mi libro hace rato, un abrazo Luis

Cronista Silencioso dijo...

Ellos,esos ellos sin nombre
me derribaron pero me levante
siempre me levanto
Y maldije cuando me cai
muchas veces soporte la caida
nadie mueve una montaña salvo
ella misma.
A ellos hace mucho los llame yo
y a ti un abrazo bruja del alma.
CS

JavS. dijo...

siempre se vuelve a rayuela como al primer amor. JS

Chuky dijo...

La rayuela hermosa, la foto ni hablar, pero que pasa que no estas escribiendo. Nena se te extraña.
Cmat.

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